Que difícil es estar viva, sin vivir, respirar sin que el aire llegue al alma; cuánto lastima la soledad de estar sin ti, te fuiste sin un adiós, no tuve tiempo de darte el último beso. Tuve la oportunidad de decirte cuanto te amaba y no lo hice, siempre pensé que ya habría tiempo de hacerlo y no fue así.
Ahora, duele, lastima, hiere está soledad que tengo por compañera.
Pero me dejaste tres razones para seguir aquí tres motivos para luchar y sobrevivir al dolor de no tenerte y por ellos, te prometo esperar hasta el día en que Dios nos permita estar juntos otra vez. A partir de hoy, voy a valorar cada instante de la vida, para compartirlo con la gente que amo, y repetir una y otra vez ¡Cuánto los amo!
Hasta el cielo; donde sé que estás, quiero enviarte los besos para ti.
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